Unas palabras sobre el pasado
Hace unos diez mil años llegaron por la
parte alta del valle, grupos humanos primitivos que, desde las alturas,
pudieron contemplar los tres valles que conforman la actual provincia de Barranca.
Valles que, sin duda, eran hermosos por su exuberante vegetación, abundante
agua, un clima templado y con rica fauna. Se comprende que los estudiosos no
nos puedan decir quienes fueron porque no estuvieron aquí en eso tiempos
remotos del acontecer humano.
Unos tres mil años después, dejaron la
caza, la pesca y la recolección de frutos, como actividad principal, para dar
inicio a la agricultura y fabricar sus primeras cerámicas, con lo que ya fueron
mostrando su progreso en el desarrollo de la civilización.
Para ser breves… mil años antes de
Cristo surge el llamado Horizonte Chavín. Esta cultura tuvo influencia en
amplios sectores del territorio nacional y, en consecuencia, en lo que es hoy
la provincia de Barranca. Más tarde, a partir del año 250 antes de Cristo,
extiende su influencia la Cultura Mochica.
Luego, la Cultura del Tiahuanaco. Mil
años d.C. y la Cultura Chimó que fue la última en dejar su cultura por estos
valles hasta la llegada de los incas. No sabemos en qué tiempo los Yuncas
ocuparon el territorio. Estos Yuncas formaron un pequeño reino que tenía su
código moral, sus propias costumbres, su religión y una lengua, que también era
propia.
Cuando Pachacútec inició la conquista de
la costa, el reino de Pachacamac (en Lima) y el de Chincha terminaron por
rendirse al Imperio; pero los Yuncas no aceptaron la rendición pacífica y se
enfrentaron al ejército incaico. La guerra duró dos años y la inició el Inca
Pachacútec. Fue el Inca Túpac Yupanqui que logró someterlos a las leyes
imperiales
Cuentan los cronistas españoles:
terminada la guerra, Túpac Yupanqui ordenó la matanza de todos los mayores de
edad. En cuanto a los niños, ellos fueron recogidos por el ejército imperial.
Los jóvenes sobrevivientes fueron concentrados en Huaura donde se formó una
escuela para enseñarles de las costumbres incaicas y el idioma quechua.
Vencidos los Yuncas, se organizó el
territorio a la manera como ellos acostumbraban en estos casos; sin embargo, un
grupo reducido de pobladores logró escapar para refugiarse en los matorrales
del Río Pativilca. Allí se escondieron y, en las noches, salían para atacar a
los quechuas y proveerse de alimentos, ya que se encontraban en una especie de
tierra de nadie, porque terminadas, en el Norte, las fronteras de Barranca
comenzaban en el territorio del reino del Gran Chimó, al que los incas ya
habían planificado hacerle la guerra para su conquista. Pues bien, esos que se
escondieron de los quechuas les pusieron el sobrenombre de Huamanmayos, en el
sentido de que eran ladrones venidos del río. El tiempo pasó, y ya en la época
de los españoles, existía un pequeño pueblo con este nombre que posiblemente
fue fundado por los que se fugaron. La existencia de este pueblo consta en el
libro de geografía del Perú que escriben, por encargo del Rey de España en
1748, los hermanos Ulloa. Allí se puede leer lo siguiente: “Huamanmayo, casas
situadas a las orillas del río de la Barranca, aunque algo distante de él y
perteneciente al pueblo de Pativilca, que dista como 8 lenguas de los
callejones… Barranca, jurisdicción de Huaura.
Hacemos mención especial a esto porque
según algunas versiones, en la época incaica Barranca se llamaba Huamanmayo.
Esto es con referencia a la capital de la provincia.
SIN FECHA DE FUNDACIÓN
Pativilca, Barranca, Supe Puerto y Supe,
nos referimos a los centros urbanos, no tienen fecha de fundación. Con
referencia a Supe es muy posible que sea cierto lo siguiente: un 23 de enero de
1540, el pueblo llamado Súpac, cuyo origen se remonta a los tiempos incaicos,
fue bautizado por los españoles que se establecieron ahí con el nombre de Santa
María Magdalena de Supe. Pedro Pablo Aramayo, quien fuera un estudioso de todo
lo relacionado con la provincia, nos dice que la capital fue bautizada por los
españoles como “SAN ILDEFONSO DE LA BARRANCA”, pero no nos dice la fecha de su
fundación como centro poblado. Con respecto a Pativilca existe una leyenda
popular que da como razón del nombre a un cacique que se llamaba Patricio
Vilca.
Todos estos pueblos tenían el carácter
de poblaciones rurales, con predominio de las casas huertas, con calles muy
estrechas y con pocos habitantes. Parece que este estilo de población ha durado
hasta los primeros años del siglo pasado, el cambio ha llegado con la carretera
y con los vehículos motorizados.
EN EL SIGLO PASADO
Pocos han sido los acontecimientos que
han ocurrido en el siglo XIX, o por lo menos, la tradición oral y documental
debe haberse perdido; pero si podemos mencionar algunos de los cuales si tienen
las correspondientes constancias.
Durante La Guerra con Chile la población
tuvo que soportar el saqueo de los chilenos; pero también hay que anotar que un
capitán chileno, apellidado Mifles, inició los trabajos para abrir lo que hoy
se conoce con el nombre de Avenida Grau y que por aquellos tiempos se llamó
Alameda de Chorrillos. Esta obra la terminó un coronel chileno, Linch. Esto es
con relación a la capital de la provincia. También por aquellos tiempos se
produjo la rebelión los chinos que, como ya sabemos, fue rebelión general en
todos los lugares donde había hijos del Celeste Imperio. Hay que anotar también
que, a fines del siglo pasado, en 1891, la vieja villa de Supe desapareció
entre barro, piedras, lodo y lluvias. Del viejo Supe, sólo queda el recuerdo.
En 1931 se inauguró el Ferrocarril Noroeste. Fue una novedad en la provincia y
algo muy útil para la economía de la provincia, pero tuvo muy poca duración.
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