El siguiente post tiene de entrada una
historia que se deslinda de la voz popular del pueblo. Me la contó un conocido
de un conocido intentando encontrar respuestas de lo que en sus días de
infancia aconteció en la morada de su familia…
Vivíamos
con mi familia en una casita de la época construida de adobe, techos de caña y una
puerta cuya característica especial era que poseía una ventanita al centro.
Esta
morada se ubicaba en la primera cuadra de la calle Castilla en Barranca, imborrables
recuerdos de vivencias que marcaron nuestra existencia.
Durante
el día pasábamos sin nada que altere nuestra cotidiana vida, pero llegada la
noche, el escenario cambiaba. Comenzaba a sobrecogernos la angustia y el miedo.
Empezábamos a escuchar gemidos y llantos sin saber de dónde provenían. Nos
resignamos a vivir con ese lúgubre trasfondo y así nos fuimos acostumbrando. Estos
sucesos eran conocidos por nuestros vecinos y vecinos de calles aledañas que ya
habían visto mudarse a familias como lamía por no aguantar el fantasmagórico
concierto y que la gente hablara de que estaba habitada por seres del más allá.
Hasta
que una noche, como a las 12; comenzaron a caer granos de maíz sobre nuestras camas.
Al inicio creíamos que era una broma de alguno de nosotros, pero al encender la
luz este hecho se calmaba, pasamos un tiempo razonable y decididos a retomar el
sueño.
Al
apagar las luces sucedía nuevamente, la lluvia de granos de maíz se repetía y
nerviosos pedimos ayuda a un vecino para que buscara el origen de lo que nos
estaba sucediendo. El más cercano era el vecino de la casa continua, que accedió
en venir a nuestro socorro, que armado con un palo, buscó por toda la casa. Recorrió
todos los cuartos, buscó alrededor de la casa y subió hasta al techo sin hallar
nada de lo que nos asustaba. Como ya no queríamos apagar las luces el vecino,
un señor de edad, nos acompañó hasta que rayara el alba.
Hoy
para mí lo de la casa de las penas sigue siendo un misterio, al que no le hallo
explicación. Muchos dicen que se encontraron restos óseos humanos cuando fue
demolida la casa para dar paso a una moderna edificación.
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