Se dice que esta
leyenda se repite en los pueblos del norte del Perú, a lo largo de la costa, y
que se repite en lugares donde se rumora que existen entierros de piedras
preciosas, oro u otros minerales de gran valor. Allá donde la tierra alberga
personajes con el corazón ambicioso, estos seres aparecen, para de alguna manera,
castigar su ambición. Tal es la historia de este post.
Se dice que en varios
cerros de la provincia ha aparecido una pata seguida de varios de sus patitos
quienes al parecer pasean de un lugar a otro y de la misma forma que aparecen,
desaparecen. Los rumores con el paso de los años han ido en aumento ya que
cuando alguno los ha seguido, al doblar alguna esquina o al perderse de vista, la
pata con sus patitos desaparece. Y quienes han conseguido seguirla hasta donde
desapareció se cuenta que han encontrado con oro a veces escondido a veces
enterrado, en el caso de las personas de buen corazón; pues la parte oscura de
la leyenda es que muchos se han internado en los cerros, buscándola o siguiéndola,
para nunca más volver.
Cerca del cerro Huacán,
se ha vislumbrado que de entre los arbustos sale una pata silvestre con sus
patitos a pasear. Sus ojos a diferencia de sus similares brillan de manera sobrenatural
al igual que sus hermosas plumas en especial de la madre pata. La de los
pequeños son de bellas plumas doradas, muchas personas se han topado con este grupo,
pero son tan escurridizos que al notar la presencia de alguien muy cercano se
esconden entre los arbustos o simplemente se esfuman sin al parecer dejar el
menor rastro o ruido. Un día que un campesino trabajaba en su chacra escucho un
graznido cercano, al acercarse vio que un patito se había alejado de su grupo y
estaba asustado llamando a su madre.
El campesino corrió en
su dirección y con ayuda de su sombrero logro atrapar al patito el cual dejo de
graznar. Contento por haberlo logrado se dispuso a agarrarlo con mucho cuidado,
pero sin separar el sombrero del suelo. Introdujo su mano por una rendija, pero
se dio un gran susto cuando sintió en el interior la dureza de una roca o algo
similar.
Levanto su sombrero
suavemente y se dio con la sorpresa de encontrar una gran pepita de oro macizo
con la forma del patito. Entre contento y confundido dejo sus tareas corriendo
a su casa a enseñarle a su mujer esta fortuna contándole lo que había pasado.
La mujer emocionada en
los días posteriores hizo correr la noticia entre sus vecinos sobre la
increíble historia de su esposo. Una historia más en este gran misterio que
encierra a los patitos de oro del norte chico del Perú y por el cual las
personas siempre están a la expectativa para cazarlos.
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