jueves, 6 de diciembre de 2018

La fuente que cayó del cielo - Kola Porteña

En esta segunda entrada tenemos una interesante historia que nos habla del pasado misterioso y mítico de nuestra ciudad. Las líneas que aquí compartiremos han sido recopiladas en una publicación local, de una revista de las que pocos ejemplares hemos podido rescatar. Esperando que sea de su agrado te dejo con un pedazo de la historia de Barranca.
“La Fuente que Cayó del Cielo” … según la leyenda, el pueblo pasaba una angustiosa situación debido a que una terrible sequía venía asolando sus tierras. Las cosechas se marchitaban, los animales sufrían la sed y los hombres se desesperaban excavando la tierra intentando encontrar una fuente de agua subterránea que mitigase sus males.
Es en esta época, en el cerro MataBrujos, ubicado en la actual calle de Andrés de los Reyes, un aerolito cayó del cielo dibujando una estela de colores tan variados y vivaces que parecían un arcoíris.
Rápidamente los habitantes del pueblo, que habían presenciado tan fantástico evento celestial, se aproximaron a la zona del impacto. El asombro de los curiosos fue grande cuando descubrieron que, donde ahora yacía un cráter de tamaño considerable, una fuente de agua había nacido; sin embargo, lo que más llamaba la atención del milagro es que de esa fuente se surtían corrientes de diferentes colores.
Después de festejar la solución al mal clima que asolaba la comarca, los antiguos barranquinos, notaron que cada una de esas aguas tenían cualidades particulares; distinguiéndolas por el color, la propiedad que adquirían era diferente. Por ejemplo: el agua de color roja servía para sanar a los enfermos, el agua de color anaranjado, para rejuvenecer y tener una larga vida; el agua de color amarillo, para la felicidad y la paz en sus hogares; también, servían estas aguas para fortalecer sembríos y para la crianza de los animales domésticos.
La bonanza en el pueblo no duró por mucho tiempo. A la llegada de los españoles la felicidad se esfumó del pueblo y con la extracción, del valioso fragmento de cuerpo celeste, la cuenca perdió su particularidad de emanar agua de colores secándose prontamente.
Se dice que el aerolito no pudo sacarse del pueblo y había terminado por ser depositado en alguna parte olvidada del cerro. Es así, que el tiempo pasa y la gente no recordaba la fuente de colores, hasta que unos jóvenes que buscaban la huaca de MataBrujos se topan con el magnifico mineral. Trasladaron su pesado tesoro hasta una hacienda en la zona central de la ciudad y pidieron consejo a la matriarca más longeva de la familia. Ella les relata la historia de la fuente lo que provoca la curiosidad en sus descendientes que prueban a purificar el agua de los abrevaderos del ganado con ella, viendo como esta se vuelve de un sabor más agradable y reanimando a los que animales que están enfermos.
Con el pasar del tiempo, la haciendo se vuelve exitosas y la industria llega para quedarse en la floreciente ciudad. La familia de los jóvenes termina por adaptarse a esto, dejando de lado la ganadería y abocándose a un nuevo negocio donde nuestro personaje principal, el aerolito, obtiene un nuevo uso.
KOLA PORTEÑA, una gaseosa de producción local, hace aparición de la mano de esta familia quién nunca revela el secreto para su sabor irresistible. Durante unos años fue muy popular por toda la zona del norte chico. Quién viviera en los años que el tren pasaba por estas tierras no dejo de degustar tan deliciosa bebida que encantaba a quién la probaba y de la que se decía que bastaba beber una botellita para jamás dejar de volver a Barranca.
Esta fue la historia de una gaseosa que era elaborada con La Fuente que Cayó del Cielo y cuyo sabor aún lo llevan en la memoria quienes tuvieron la oportunidad de probarla. Un fragmento del folclor de mi tierra que vale la pena conocer y no dejar que se olvide. encontraban los pobladores de aquel lugar en un estado de tristeza porque

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