Siempre existe la posibilidad de que un
hecho de la vida real, cuando no tiene explicación por su extraña concepción y
origen, se convierta en materia de comentario sobrenatural, dentro del entorno
de la época y del personaje que sufre la metamorfosis de su imagen, sencilla,
humana y normal en un repentino cambio de piel y accionar diabólico; de la
noche a la mañana y es entonces cuando sale de lanada la vieja idea del mito: "Hay
un pacto con Lucifer en cuerpo, alma y sangre".
Esta historia corresponde, a la antigua
concepción de que las sombras oscuras del mal, siempre están presentes entre
aquellos que reniegan de Dios e invocan a Lucifer a que se les presente y
llevan a cabo su pacto de sangre en medio de sobrecogedoras escenas de terror y
conjuros que estremecen los más retirados rincones de la ciudad y del campo; y,
hasta la Luna se tiñe de rojo y el aullido de lobos, invisibles, dan
escalofríos a los más valientes, mientras el párroco de la iglesia se
sobresalta al oír gritos lastimeros dentro de sus paredes sagradas, y el hervir
de su pileta de agua bendita. Durante muchos años a Don Julio Paz todo le salía
mal tanto así que fue dejando atrás su llegada diaria o semanal a la zona
urbana de Barranca, donde se reunía con sus entrañables amigos agricultores, a
los cuales les solicitaba consejos, sorprendido de que a todos ellos les fuera
bien, mientras que sus tierras no le brindaban ni buenos frutos, ni buenas
cosechas en los últimos meses.
Don Julio, en sus urgencias de dinero
acudía a rematar su ganado entre sus amigos, y, esto era comentario bajo y
reservado de sus colegas del campo; fue así, que Don Julio dio un vuelco
tremendo a su carácter jovial y familiar, para tomar con desprecio e ira todo
trato con la gente y blasfemar contra la religión y los curas, hasta se
comentaba en los linderos de "Calatrava" que un extraño y demoníaco
jinete se paseaba cada noche ante su casa, llamándolo cobarde y otros raros
adjetivos satánicos.
La vida de Don Julio Paz ya no era la
misma, quedó a un pie del abismo oscuro y estableció con el enviado de fuego
una visita sin testigos y definitiva; su familia salió del fundo y nació un
hombre orgulloso, vanidoso y odiable. El extraño trato o pacto llegó a su vida.
Después de calmar nuestros pensamientos
trazamos la inquietud que nos dejó esta historia de Don Julio Paz reconocido
agricultor de Barranca, quien en los viejos años treinta conducía con mucho
esfuerzo y dedicación su fundo "Calatrava". Época de poca cosecha y
con pérdidas de sus productos por el clima cambiante y pésimas semillas, hecho
que lo llevaba a observar con odio el estado de sus tierras y maldecir al
Espíritu Santo de su destino y de la caída de su vida y familia sin comprender,
que el oído del Diablo alcanza todos los clamores y los atrapa en la telaraña
del infierno. Fue así, que esa noche los cielos de Barranca retumbaron, y el
pueblo sintió su presencia, cuando el fundo Calatrava recibió la visita del
"enviado de fuego".... Un jinete en caballo zaino con crines de fuego
ingresó por la madrugada a la vieja casona de Don Julio Paz; el pacto se había
hecho realidad y de ahí nace la sorprendente prosperidad del agricultor y sus
extraordinarias cosechas que jamás supo ni quiso explicar hasta el día que el
mismísimo lucifer se lo llevó por siempre. Después del pacto Don Julio Paz no
soñó nunca con ver a Cristo y tampoco que toda su riqueza se perdería con la
Reforma Agraria del general Juan Velasco Alvarado.
Para terminar, querido lector Ud., no
intente ni en sueños renegar de Dios, porque el Diablo siempre está al acecho…
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